La habitación doble

Mes de septiembre de 2006. Parecía que no iba a llegar nunca pero ya está aquí y además lo ha hecho con un calor sofocante. Las altas temperaturas invitan a entrar en una sala de cine con su aire acondicionado y refrescarse pero a veces los 35 grados del exterior son incompatibles con los 22 que marcan los aparatos. Resultado: un constipado y una tos que molestan de forma especial cuando aún es verano.

Pero yo me lo he buscado. Si no hubiera hecho este intensivo de cine, ahora estaría en otras condiciones. Aún así, tampoco me arrepiento por el buen nivel de películas de las que he disfrutado, entre ellas Algo parecido a la felicidad la ganadora de la Concha de Oro a la mejor película y Concha de Plata a la mejor actriz en el Festival de San Sebastián de 2005. Otro día os hablaré de esta maravillosa historia dirigida por Bohdan Slama porque bien merece un post.

En cuanto al presente Festival, a medida que se acerca, las noticias se acumulan y son muchas las secciones que van perfilándose. Hay tres propuestas muy interesantes: Cine en movimiento 2; una cita profesional anual para los cineastas del Magreb y de los países africanos de habla portuguesa que permite materializar proyectos y películas todavía inacabadas, y establecer un puente eficaz entre profesionales, empresas e instituciones africanas, de Europa y de América Latina. La segunda propuesta es una idea que surgió hace diez años con el título Cine en construcción y consiste en una cita conjunta de Encuentros Cines de América Latina de Toulouse y del Festival Internacional de Cine de Donostia - San Sebastián, destinada a facilitar la conclusión de películas de cineastas independientes de América Latina y España que abordan la etapa de posproducción. El último proyecto es la sección Horizontes y está relacionado con el anterior porque en ella se incluyen diez películas que en su día se presentaron como proyecto a alguna de las convocatorias de Cine en Construcción, y que ahora que ya están terminadas han emprendido, en algunos casos, una destacada carrera internacional, como por ejemplo El violín, que participó en la sección Un Certain Regard de Cannes 2006. De esta forma se crea un escaparate quizás con menos glamour para el gran público, pero que a su vez permite el descubrimiento de nuevas formas de hacer cine. Un cine que no se ve en las multisalas donde te constipas.

Otro de los acontecimientos más esperados es el 20 aniversario de las sesiones del Velódromo de Anoeta, con capacidad para 3.000 personas. Durante la 54 Edición del Festival de Cine de Donostia-San Sebastián, habrá tres importantes estrenos para disfrutar del cine en grandes dimensiones. La producción encargada de abrir fuego será Llach: la revolta permanent, un documental que recorre simultáneamente la carrera del cantautor catalán y que culmina con el concierto que protagonizó el pasado mes de marzo en la conmemoración del 30 aniversario de los hechos de Vitoria-Gazteiz donde cinco obreros fueron asesinados. Otros nombres propios (y también mediáticos) que pasarán por el Velódromo de Anoeta son los de Adam Sandler, Kate Beckinsale y David Hasselhoff, que el día 26 presentarán la comedia Click. Cerrará este escenario el prestigioso Oliver Stone que el 28 de septiembre presentará su última película, World Trade Center, un impactante y conmovedor regreso al interior de las Torres Gemelas en el 11-S, que es uno de los films más destacados de este verano en Estados Unidos. De esta manera, Stone regresa al Velódromo veinte años después de que inaugurase esta sala con la proyección de su película Salvador, asombrado ante la audiencia de 3.000 personas que llenó el acondicionado recinto.

Y mientras seguís disfrutando del cine en este modesto blog, os invito a escuchar un nuevo track con la cadena de música de mi habitación doble. Esta vez os dejo con Little green bag, un tema que aparecía en la banda sonora de Reservoir Dogs. En otro post ya os hablaré profundamente de Quentin Tarantino, uno de esos personajes que nunca me ha dejado indiferente con sus películas y que siempre me pregunto si su cerebro funciona (con o sin drogas) a la misma velocidad que la de una persona convencional. Seguramente no.

Agur.

Little green bag

Posted by Marc on lunes, septiembre 11, 2006 at 2:50 p. m. | Permalink