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Cantidad y calidad


La razón por la cual empecé con la aventura de este blog era el primer festival de cine que vivía en directo, algo que esperaba desde hacía mucho tiempo. Quizás he empezado por el certamen más importante del país y los que puedan seguir parecerán menos atractivos. Lo cuento porque van pasando los días y cada vez me siento más atrapado por el ambiente que se respira en Donosti.

Tras las cinco películas del día anterior con el listón muy alto y después de haber dormido pocas horas, la jornada empezaba muy temprano porque el pase de The sensation of a sight era a las 9 de la mañana. Tuve problemas para mantenerme despierto durante los primeros minutos, sobretodo porque la película era algo falta de ritmo. Aún así, los diálogos y las relaciones entre los personajes eran tan sumamente intrigantes que logré aguantar los 134 minutos para poder ejercer mi voto sin ningún tipo de problema.

A las 12 del mediodía llegaba la proyección del primer título francés que compite al Premio de la Juventud. Fair Play explica hasta dónde se puede llegar para ser cada vez más importantes en nuestros puestos de trabajo, un punto de partida muy parecido al de la cinta El método.

El Kursaal 1, cuya sala interior es realmente imponente, acogía la presentación, fuera de concurso de Más allá del espejo de Joaquim Jordà, el director catalán del que ya os he hablado en anteriores posts y de quien desgraciadamente se ha reconocido su obra después de su muerte a principios de 2006. Una muestra más de los talentos que posee el cine español, en este caso en el género documental. Resumiendo, una historia de superación personal que por fin está lejos de cualquier influencia del sueño americano y que a través de su protagonista Raquel, da una lección moral a todas aquellas personas que ven en su hundimiento y su pena una forma de solucionar y justificar todos sus problemas.

Y el día terminaba con el pase oficial de El camino de San Diego, el tercer título de Carlos Sorín tras Historias mínimas y Bombón-el perro. Fue realmente curioso ver una road movie tan diferente a las que estamos acostumbrados ver desde que surgió el género a finales de los años sesenta. En este caso, para todos los futboleros (entre ellos me incluyo) y amantes de un mito como es Diego Armando Maradona, esta película será una auténtica gozada y se dará cuenta de porqué el 10 de Boca Juniors es un dios para muchos. Como os decía una road movie con un destino final muy peculiar que atraerá a los que aman el cine de Carlos Sorín quien ha confesado que ya tendrá que cambiar de registro en sus próximos proyectos. Sin duda, si se reinventa como lo está haciendo hasta ahora, no lo necesitará.

Y Fila 1 continua atemporalmente su curso y espero que todos aquellos que lo pueden soportar más de cinco minutos (que tengo constancia que los hay) les guste. Os dejo entonces, con la edición del miércoles 11 de octubre.

Agur.

Fila 1 11.10.06