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Coloquio


Esta ciudad tiene algo que atrae y en cuestión de 48 horas me la he hecho mía. No sé si es por el mar, al ambiente de cine (en sentido literal y figurado) o los pintxos que hay en los bares pero ya me siento donostiarra de adopción. Aún así, se me ha hecho realmente extraño que el despertador me sonara a las ocho de la mañana para llegar puntual… ¡al cine! Y es que la organización del Festival de Donostia-San Sebastián es madrugadora y decide empezar cuánto antes el día a día de un certamen que reúne 210 filmes en poco más de una semana.

Después del desayuno pues, empezaba el primer pase del día: Emma’s Bliss el segundo trabajo del joven director alemán Sven Taddicken y con quién el jurado ya hemos tenido la oportunidad de debatir después de la proyección. Lo que no sabíamos es que la cinta nos dejaría a todos tan impresionados nada más despertarnos y es que un tema tan trascendental y delicado como es afrontar la muerte se nos ha planteado en este intenso melodrama dónde un hombre al que le quedan pocas semanas de vida se encuentra, por azar, en una granja de cerdos dónde cambiará su sentido de vivir y también morir. Todo esto en una cinta que combina a la perfección comedia y drama.

Sin tiempo para nada, vuelta a la segunda sala del auditorio Kursaal para el pase de uno de los títulos más esperados desde que se conoció la programación de Zabaltegui. Y es que el film brasileño Proibido proibir ganó el Premio Cine en construcción de la pasada edición del Festival. Jorge Durán, su director, dijo antes de empezar la película que la disfrutáramos por su cercanía y su protagonista Caio Blat la calificó de “epidérmica”. Ni uno ni otro se equivocó, aunque puede jugar en su contra una temática muy paralela a la incomparable Ciudad de dios. Eso sí, los actores realizan un trabajo excepcional en esta nueva y libre versión de Jules et Jim de Truffaut.

Y tras el bocadillo de chorizo de la organización, volvía por un instante a Catalunya con el documental Llach: la revolta permanent, un viaje por la carrera del cantautor en paralelo con los actos terroristas cometidos por el Gobierno de la transición en Vitoria. Allí, la policía mató en marzo del 76 a cinco trabajadores que realizaban una huelga en la iglesia de San Francisco. Otra parada interesante en este viaje que el productor Jaume Roures inició con Salvador para recuperar la memoria histórica y la conciencia política.

Eran las 6 de la tarde y en los cines Príncipe la actividad no cesaba. Allí era la hora de la proyección de Un franco, 14 pesetas, una cinta dentro del ciclo Emigrantes que supone el debut de Carlos Iglesias en la dirección. La película, ya disponible en dvd, es el viaje que muchos españoles emprendieron a otros países durante la crisis de los años 60 para salir adelante económicamente. Aunque quizás es una visión un tanto edulcorada, no deja de suponer una obra redonda y así lo transmitió el público al mismo Iglesias en el coloquio posterior a la proyección. Así pues felicidades por creer en un proyecto de cuatro años y medio, lleno de incertidumbres pero que finalmente estará en más de 30 certámenes de todo el mundo.

De todas formas, al día aún le quedaban unas horas y por lo tanto, algunas películas interesantes. Otra vez debía acercarme a la segunda sala del auditorio Kursaal para asistir a la presentación de Crónica de una fuga. Su pase era a la medianoche y con cuatro títulos a mis espaldas, tenía cierto miedo a dormirme o aburrirme. Nada más lejos de la realidad y como advirtió su director Israel Adrián Caetano antes del pase, aunque durara 120 minutos, seguro que nos mantendría despiertos. Él, junto a su actor protagonista Rodrigo de la Serna (el compañero de Gael García Bernal en Diarios de motocicleta) acabaron siendo ovacionados a las dos de la madrugada. Y todo porque en estas dos horas el público se quedó pasmado con la historia de Claudio, un joven secuestrado por los milicios, en plena dictadura militar argentina. Después de cuatro meses recluido y torturado en una mansión junto otros sospechosos subversivos, Claudio decide evadirse de la mansión para encontrar refugio. Una historia real que ya compitió en el pasado Festival de Cannes y que vuelve a poner de manifiesto las atroces vejaciones que recibían los presos durante un régimen represor.

Por hoy es sufuciente, no pienso contar más. Solamente escuchad esta maravilla: Fila 1 edición del día 6 de octubre.

Agur.

Fila 1 06.10.06

Qué buenos recuerdos me traen tus posts!! Echo tantísimo de menos San Sabastián... bueno, a todo menos a los bocatas rancios que nos daban!

Emmas Gluck fue de mis favoritas (sólo superada por Mon fils à moi, Children, Singapore Dreaming y alguna que otra que se me olvide).

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